Las compresas frías de farmacia son accesorios paramédicos esenciales si se realiza actividad física. Tanto si juega al fútbol como al rugby, balonmano, judo, atletismo, tenis o ciclismo, las lesiones y otros problemas físicos pueden producirse en cualquier momento. Por eso es importante llevar una bolsa de hielo encima para primeros auxilios y para aliviar el dolor muscular o articular.
El principio de funcionamiento de una bolsa de frío reutilizable es muy similar al de una bolsa de hielo. Este accesorio médico contiene un gel que puede calentarse o enfriarse según la necesidad y el tipo de dolor.
Este tipo de compresa fría es especialmente práctica porque viene con una funda de tela para proteger la piel de quemaduras. Así que puede aplicarla directamente sobre la piel para aliviar las zonas dolor idas sin ningún riesgo.
Esta bolsa de gel frío o caliente se presenta en dos tamaños diferentes: 10 x 10 centímetros para las zonas más pequeñas del cuerpo (muñeca, tobillo, etc.) y 12 x 27 centímetros para las zonas más grandes (rodilla, muslo, espalda, cuello, etc.).
Las bolsas de hielo instantáneo tienen la ventaja de activarse en cuestión de segundos, sin necesidad de meterlas antes en la nevera. Al igual que las bombas de frío, son muy prácticas y pueden introducirse fácilmente en el botiquín para llevarlas consigo durante los desplazamientos, competiciones deportivas o partidos.
Las bolsas de frío instantáneo son de un solo uso y pueden pedirse por unidades o en paquetes de 5, 10 ó 50 unidades.
La bolsa de gel frío es un accesorio muy económico. Puedes reutilizarlo tantas veces como quieras. Basta con colocarla en el congelador o el frigorífico antes de usarla para aliviar los puntos doloridos.
Además, la bolsa de hielo de gel está diseñada para ajustarse perfectamente a las zonas del cuerpo a tratar, para aliviar los dolores articulares y musculares.
Gracias a su acción térmica, las bolsas de hielo son eficaces para tratar diversos tipos de traumatismos y aliviar la tensión muscular tras un esfuerzo intenso. La aplicación de frío en una zona dolorida reduce considerablemente la inflamación.
En muchos deportes, las rodillas son articulaciones sometidas a un gran esfuerzo. En caso de esguince, por ejemplo, conviene colocar inmediatamente una bolsa de hielo en la rodilla para anestesiar el dolor y reducir la inflamación. Lo mismo ocurre después de un golpe. El frío aliviará instantáneamente la lesión y retrasará la aparición del edema.
Las bolsas de hielo también pueden tener un efecto beneficioso en caso de contracturas, calambres o tendinitis.
Estos productos térmicos son indispensables cuando se practica una actividad deportiva. Constituyen una primera ayuda indispensable. De un solo uso o reutilizables, las compresas frías son útiles para tratar una amplia gama de lesiones y calmar el dolor.